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lunes, 22 de septiembre de 2014

LA TEORÍA DEL FLOGISTO


La teoría del flogisto surgió en el siglo XVII para explicar el principio según el cual hay cuerpos que se pueden inflamar y otros que no. La idea inicial surgió que se sepa del alquimista alemán Johann Becher pero su atribución suele adjudicarse a su compatriota Georg Ernest Stahl, que era médico y químico.

Básicamente el flogisto era considerada una sustancia invisible que era liberada gradualmente durante el proceso de la combustión o calcinación de los metales, haciéndose visible por los diferentes tonos de las llamas del fuego y acumulándose en el aire. Según esta teoría solamente las sustancias que contenían flogisto podían arder o calcinarse. Las que no lo hacían era porque carecían del mismo.

También se sostenía que mediante mecanismos que volvieran a introducir una cierta cantidad de flogisto en el producto resultante de una reacción, se podría volver a obtener el reactivo de partida. Y en efecto esto es algo que se podía conseguir en ocasiones, por ejemplo, volviendo a obtener los metales a partir de las sales metálicas que se habían obtenido previamente por calcinación.

El flogisto fue un elemento aceptado durante más de un siglo y se utilizaba para explicar multitud de reacciones químicas hasta que Lavoisier llegó a contradicciones irrefutables al hallar de forma experimental la imposibilidad de justificar
  • algunos casos de reacciones en la que la masa final del reactivo había aumentado.
  • otros casos en los que la cal obtenida como producto resultante pesaba más que el metal que actuaba como reactivo inicial.

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