La ciencia, el método científico, a pesar de sus avances y de sus descubrimientos, es necesario admitir que ha llegado a un punto en el que es vista con mucho recelo por gran parte de la población. Hoy en día vivimos en un mundo en el que es abrumadora la cantidad de medios de los que disponemos para hacer frente a nuestras tareas cotidianas. Nuestra sociedad tecnológica (o tecnocrática) nos ofrece todo tipo de comodidades y a pesar de ello no está claro que vivamos mejor. El stress acecha y parece que tanta sofisticación no hace sino crear una jaula de la que luego no sabemos cómo salir.
La ciencia ha resuelto en los dos últimos siglos grandes enigmas lo cuál es sin duda alguna algo admirable. Por un lado están los que creen prácticamente todo lo que los científicos afirman y le dan validez sin poner nada en tela de juicio como antaño se hacía con los dogmas religiosos. Otros en cambio, viendo cierta altivez en algunos sectores científicos, y adhuciendo un creciente grado de divorcio entre la ciencia, la ética y la sociedad, se han posicionado en el polo opuesto, criticando a diestro y siniestro cualquier postura, conocimiento, postulado o descubrimiento que tuviera sus raíces en la investigación científica, haciendo oídos sordos y sin mostrar el más mínimo interés por buscar extraer datos objetivos sobre los que desarrollar una propia opinión según el caso.
El problema hoy en día es que la ciencia se ha convertido en algo inaccesible para el vulgo, excesivamente abstracto, mecánico y demasiado encorsetado por el complejo entramado de fórmulas (químicas o matemáticas) que, siendo válidas y necesarias, están en exceso para su correcta divulgación. Hay un dicho oriental que dice que cuando un hombre señala a la Luna, el ignorante queda mirando al dedo, pero el sabio mira a la Luna.
La divulgación científica no es fácil, ni divertida, pero no es imposible hacerla amena y entretenida alimentando el interés de aquellos que estén dispuestos a poner un poquito de su parte para aprender por sí mismos a través de pequeños experimentos, aportando datos sobre el contexto histórico en el que acontecieron ciertos hitos y balanceando adecuadamente el entendimiento directo e intuitivo con el más teórico o formal. Pero sobretodo sin prisas, sin agobios, porque cada uno tiene su ritmo y sus circunstancias y es preciso ser selectivo en los contenidos para dar tiempo a asimilarlos bien, en profundidad.
Este blog no pretende sino ser una gota más que se sume a esta corriente que quiere romper los diques de un conocimiento demasiado encorsetado por la lógica y la razón, porque sí, eso sí, la ciencia y el mundo en general puede ser mucho más mágico y sorprendente y debemos recuperar la capacidad de dejarnos cautivar y maravillar por Ella.
Este blog no pretende sino ser una gota más que se sume a esta corriente que quiere romper los diques de un conocimiento demasiado encorsetado por la lógica y la razón, porque sí, eso sí, la ciencia y el mundo en general puede ser mucho más mágico y sorprendente y debemos recuperar la capacidad de dejarnos cautivar y maravillar por Ella.
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