El transmisor de chispas fue el primer dispositivo capaza de emitir ondas electromagnéticas. Al principio, la señal que se transmitía era el producto del chispazo entre dos esferas cargadas. Poco a poco se fue viendo que al aumentar la frecuencia del transmisor el alcance de las ondas era mayor. No en vano la onda que se generaba era de bajísima calidad y solamente se podía transmitir información utilizando el código Morse de la telegrafía.
Para conseguir aumentar la frecuencia del transmisor se fueron ideando varios mecanismos. Uno de los más relevantes fue el que incluía una pieza rotativa con varias esferas de descargas de forma que cada vez que un par de ellas se alineaban con el elemento que actuaba como antena, saltaba una chispa. Así se aumentaba la frecuencia real de emisión en un factor dado.
El transmisor que vemos en el vídeo de esta entrada se caracteriza por introducir una bobina de autoinductancia variable (tunning coil), lo cual permite modificar, dentro de un rango, la frecuencia de emisión.
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