Bienvenido a PRACTICA CIENCIA. Este es un blog dedicado a la divulgación científica. Su principal característica es un enfoque basado en la experimentación como punto de partida y en presentar cada nueva entrada justo cuando las anteriores han fijado de manera sólida los conocimientos previos necesarios. Este blog hace uso sistemático de vídeos de youtube, ya que el autor considera que no hay nada como ver para creer y hoy en día hay excelente material didáctico en la red el cual puede ser legalmente utilizado ya que apuntamos directamente a la fuente y al autor del mismo. Así, este blog está cogiendo el formato de lo que podríamos denominar una "youtupedia": entradas apoyadas por vídeos donde hay multitud de enlaces que nos derivan a otras entradas y en el que además se intenta que haya siempre un hilo conductor. Todo ello amenizado por los propios comentarios del autor que son fruto de su experiencia en el campo, tras años de estudio y autoindagación.

miércoles, 29 de enero de 2014

JOHANNES KEPLER


El hombre que encontró el orden de los Cielos llevó una vida errática en la Tierra, con una salud delicada que le llevó en ocasiones a estados depresivos profundos. Pero tales flaquezas no hicieron que cesara en su empeño por encontrar la Verdad. Tampoco es que lo tuviera fácil precisamente: su padre era un mercenario que lo abandonó antes de alistarse en su última cruzada, su tía fue quemada en la hoguera e incluso su madre fue encarcelada acusada de brujería. Además perdió en vida a siete de sus hijos y tuvo que vagar a lo largo de Europa para buscarse la vida durante la guerra de los 30 años. Pero fue precisamente su madre quien sembró probablemente en él la curiosidad de niño que habría de predeterminar su destino cuando lo llevó una noche, a la edad de cinco años, a presenciar el paso de un cometa desde lo alto de una colina.

No se sabe si fue o no el cometa Halley, pero sí que se sabe que fue precisamente Halley el científico que convenció a Isaac Newton para que reescribiera, puliera y publicara su trabajo en el que explicaba la naturaleza de la fuerza que estaba detrás de las órbitas planetarias enunciadas por Kepler.

Como la mayoría de los hombres sabios de esa y otras épocas, Kepler no solamente desarrolló su conocimiento en un área del saber. En particular, además de convertirse en un brillante astrónomo también era experto en Astrología y pudo sufragar su vida y la de su familia durante muchos años haciendo cartas astrales, sobre todo para nobles y cortesanos.

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