El principio de Huygens arroja una visión de los frentes de onda que permite explicar de forma intuitiva diferentes fenómenos ondulatorios como lo son la reflexión, la refracción y la difracción de ondas.
Esencialmente Huygens concibió los frentes de ondas como zonas del espacio en las que cada punto se comportaba a su vez como un emisor de ondas secundario, de suerte que las ondas re-emitidas tendrían la misma frecuencia y longitud de onda (por lo tanto la misma velocidad), aunque menos amplitud en virtud de la disminución de la misma con la distancia.
Lo que comúnmente ocurre es que las ondas producidas por estos focos secundarios, que se corresponden con todos los puntos de un mismo frente de ondas, interfieren de tal manera que solamente se produce una interferencia constructiva para todos los puntos que se corresponden con posteriores frentes de ondas. En cualquier otro punto, la interferencia de las ondas provenientes de todos esos puntos es destructiva, dando como resultado una intensidad nula.
Eso es lo que sucede en el espacio abierto. Pero cuando lo que ocurre es que la onda se encuentra con un obstáculo, una parte se refleja y otra se refracta. Y cuando se encuentra con una abertura o rendija en medio de un obstáculo, entonces se produce un patrón de difracción.
El patrón de difracción solamente es apreciable cuando la longitud de la rendija es comparable con la longitud de onda de la onda incidente y puede explicarse de forma descriptiva aplicando el principio de Huygens.
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