El azufre es el elemento número 16 de la tabla periódica. Su estructura electrónica es tal que, en su tercera capa, le faltan dos electrones para adquirir una estructura completa. Es por ese motivo, que tal y como se encuentra de forma natural, forma una red cristalina en la que cada átomo comparte dos electrones, replicando una forma de anillo S8. Esta forma se rompe en sus piezas básicas al fundirse, las cuales se recombinan para formar largas cadenas de miles de átomos que dotan de gran viscosidad al líquido obtenido.
Las moléculas mantienen su estructura circular S8, incluso en estado gaseoso hasta que se alcanzan los 780 º, temperatura a partir de la cual se rompen en moléculas diatómicas. A partir de los 1800 º su disociación es total y se constituye como un gas atómico.
La principal fuente de azufre son la erupciones volcánicas, motivo por el cual es habitual encontrarlo en rocas amarillentas alrededor de los cráteres.
El azufre es un elemento químico que forma parte del nuestro organismo, si bien lo necesitamos en su justa medida, dentro de unos límites. A nivel industrial, su principal aplicación viene dada como átomo esencial del ácido sulfúrico. El azufre puede combinar para formar moléculas con varias valencias posibles (-2, +2, +4 y +6) lo que lo convierte en un elemento muy polivalente.
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