La forma más fácil e intuitiva de hallar la velocidad de propagación de una onda armónica es relacionando la longitud de onda con el periodo que tarda la onda en completar una oscilación completa. A menudo, el periodo se obtiene indirectamente como el inverso de la frecuencia.
Otra cosa es hallar de forma teórica cuál es la velocidad de propagación concreta para cada tipo de onda. Esto va a requerir un estudio pormenorizado del fenómeno subyacente a la propagación de la perturbación original. En la mayoría de los casos esto va a implicar un conocimiento de la naturaleza del medio en el que se propaga. Sin embargo, la velocidad de la luz puede no depender de eso, ya que se puede propagar en el vacío también.
De esta manera se puede obtener una expresión que dé cuenta, por ejemplo, de la:
- velocidad del sonido
- velocidad de la luz
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