La Química moderna asentada en el estudio de las compuestos y las reacciones químicas surge de la herencia que dejan tres antiguas disciplinas:
- una de base mística: la Alquimia, centrada en la transmutación de los metales para obtener oro a partir del cobre. No entraremos en detalles en valorar si el propósito de tal transmutación era algo más bien simbólico a nivel espiritual que otros quisieron tomar de forma literal o no. Pero el hecho es que detrás de esa búsqueda hubo un desarrollo fruto de la experimentación.
- una para ser aplicada a la salud: la Iatroquímica, que surge a partir de la Alquimia y que estudia la aplicación de minerales en diferentes combinaciones para atajar problemas de salud, y cuyo fundador fue el célebre Paracelso.
- una de carácter eminentemente práctico: los oficios tecnológicos, de entre los que destacamos fundamentalmente la minería y la metalurgia. La primera era necesaria para obtener los materiales con los que experimentar; la segunda, para separarlos de medio en el que se hallan incrustados en la Naturaleza y tenerlos en su estado más puro diferenciados de cualquier otro material o elemento.
La Historia de la Ciencia no es ajena a la Historia de la Humanidad sino que cómo es lógico ambas van de la mano. El descubrimiento de América por parte de los españoles y la explotación minera masiva que ello conllevó dio un impulso muy grande a las técnicas de extracción y de destilación de los minerales. Precisamente en el monasterio de El Escorial se estableció el laboratorio de destilación más importante del mundo y uno de sus más ilustres representantes fue Diego de Santiago que basaba sus técnicas en los conocimientos de Paracelso.
No quiero pasar por alto el daño irreparable que causó en el joven continente americano el sometimiento de sus pueblos, esclavizados para trabajar en las minas hasta la extenuación y a menudo la muerte, a tal punto que la reducción alarmante de su población "obligó" a las potencias colonizadoras a traer nuevos esclavos de África y finalmente de China en la vertiente occidental (coolies). Episodios dantescos se vivieron en ciudades como Potosí donde se dice que su cerro más alto perdió hasta medio kilómetro de altura cuando terminaron de extraer toda la plata (Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano).
Cómo personas interesadas en la Ciencia debemos reconocer periodos en los que el desarrollo de la misma se ha alimentado de grandes desequilibrios y el afán de unos cuantos que movidos por una ambición desmesurada trataban de dominar a los demás y hacían cualquier cosa para adquirir los medios y los conocimientos antes que nadie para mantener esa preponderancia.
También es sabido que a pesar de la predominancia mundial del Imperio español, en el que nunca se ponía el Sol, España apenas aprovechó esa sobreabundancia para desarrollarse ella misma y el pueblo llano español siguió siendo sometido a la nobleza y a los vestigios de la Inquisición.
Por contra, también se sabe que la plata y el oro y otros minerales que desembarcaban en el puerto de Sevilla eran comprados por mercaderes flamencos y holandeses, franceses e italianos, y de todos partes de Europa, que sí los supieron aprovechar para superar la edad oscura y abrir la mente hacia el progreso y el Renacimiento.
Precisamente en este contexto europeo son dos los científicos que podemos destacar por su influencia en el asentamiento de las bases sobre las que nacería la Química actual:
- El flamenco Jan Baptista van Helmont:
- Fue el primero en distinguir entre sustancias ácidas y alcalinas, conceptos que perviven hasta hoy en día y se aplican sobre todo para distinguir el pH de los alimentos o de sangre.
- Fue el primer científico que distinguió entre gas y aire.
- El irlandés Robert Boyle:
- Fue el primer químico que verdaderamente introdujo la razón, la experimentación cuidadosa y el análisis crítico de los resultados (en otras palabras, el método científico) en la Química. Prueba de su huida de los conceptos preconcebidos es el título de su libro: El Químico Escéptico.
- Además Boyle experimentó con gases y encontró la relación inversamente proporcional entre volumen y presión. Esta ley se conoce actualmente como Ley de Boyle-Mariotte, porque fue descubierta de forma independiente por el científico francés Mariotte 12 años después que Boyle
NOTA: A Robert Boyle se le suele considerar para la Química a lo que a Isaac Newton se le considera para la Física.
No hay comentarios:
Publicar un comentario