Bienvenido a PRACTICA CIENCIA. Este es un blog dedicado a la divulgación científica. Su principal característica es un enfoque basado en la experimentación como punto de partida y en presentar cada nueva entrada justo cuando las anteriores han fijado de manera sólida los conocimientos previos necesarios. Este blog hace uso sistemático de vídeos de youtube, ya que el autor considera que no hay nada como ver para creer y hoy en día hay excelente material didáctico en la red el cual puede ser legalmente utilizado ya que apuntamos directamente a la fuente y al autor del mismo. Así, este blog está cogiendo el formato de lo que podríamos denominar una "youtupedia": entradas apoyadas por vídeos donde hay multitud de enlaces que nos derivan a otras entradas y en el que además se intenta que haya siempre un hilo conductor. Todo ello amenizado por los propios comentarios del autor que son fruto de su experiencia en el campo, tras años de estudio y autoindagación.

miércoles, 16 de enero de 2013

FARADAY Y DAVY: EL DÍSCIPULO SUPERA AL MAESTRO


Michael Faraday nació en Newington, al sur de Londres, el 22 de septiembre de 1971 en el seno de una familia pobre. Sus padres pertenecían a la iglesia de los sandemanianos, una secta protestante fundamentalista cuyas normas básicas de conducta se centraban en el amor y en el sentido de comunidad. Su padre trabajó como herrador de caballos. Su madre era de origen campesino.

Es notable el hecho de que dos de las más brillantes científicos que Inglaterra aportara al mundo, Newton y Faraday, fueran de origen tan humilde y salieran adelante tras pasar una infancia tan dura. Newton terminaría uniendo las leyes de la gravitación del cielo y de la tierra. Faraday terminaría uniendo las leyes de la electricidad con las del magnetismo.

A la edad de 13 años, en la ciudad de Londres, donde se habían mudado a vivir sus padres, Faraday realizó su primer trabajo como repartidor de periódicos, tras haber completado una educación de lo más corriente. Ese mismo año un librero lo contrató como mensajero y en poco tiempo ascendió a aprendiz de encuadernador, trabajo en el que demostró gran diligencia y en el que siguió progresando. Tras cinco años ya contaba con dos ayudantes. Esa ocupación fue fundamental para Faraday ya que le facilitó el acceso a los libros. De esa manera tuvo acceso a los principales tratados de la época sobre electricidad.

En 1810 Faraday encontró un grupo de jóvenes con un interés común por la ciencia. Solían reunirse los miércoles por la noche y debatían sobre diferentes temáticas: electricidad, hidrostática, óptica, química... Fue ahí donde Faraday puso por primera vez en operación la pila fotovoltaica. Fue en este ambiente donde Faraday recibió unos boletos para asistir a varias conferencias de Humphey Davy, el que por entonces era el presidente de la Royal Society. Faraday tomó detalladas notas de esas conferencia, las pasó a limpió y posteriormente las mandó junto a su candidatura para solicitar un puesto como asistente en la sociedad.

Humphey Davy era un notable químico, muy famoso y prestigioso en toda Inglaterra, gran conferenciante (la gente pagaba auténticas fortunas para asistir a sus charlas). Entre otros hallazgos Davy descubrió varios elementos químicos como el potasio, el sodio, el magnesio y el calcio. Estos descubrimientos fueron posibles gracias al recién invento de Alessandro Volta: la pila. Hasta entonces la mayoría de los elementos químicos que se habían descubierto se encontraban en la Naturaleza en forma de óxidos y la forma de aislarlos era por combustión con carbón. Pero el uso de la electricidad se demostró que podía aplicarse para disociar el agua en hidrógeno y oxígeno y asimismo algunos ácidos.

El hecho es que Davy aceptó a Faraday como ayudante de laboratorio y un poco chico para todo, asistente personal... Un par de años más tarde Faraday fue invitado por Davy para acompañarlo en un largo viaje por Europa. En ese periodo Francia estaba en guerra con Inglaterra, pero a pesar de ello recibieron la autorización de Napoleón para poder visitar el país. Eran tiempos convulsos. De hecho, Faraday había nacido en par de años después de la Revolución Francesa. En Francia ser reunieron con Ampère, gran científico teórico muy hábil con la formulación matemática, cuyo éxito y reconocimiento le llegó bien entrado en los cuarenta y gracias al patrocinio que su padre, un abogado, le dejó en herencia antes del ser mandado a la guillotina por los patriarcas de la Revolución. Llevaron a cabo experimentos en Ginebra con el pez torpedo eléctrico, del cual Cavendish, con botellas de Leiden, había constrído un modelo. Y en Florencia pudo ver cómo Davy  llegó a quemar un diamante utilizando una lente que le había prestado el duque de Toscania. Así se demostró que el diamante era carbón puro. En Milán conoció al mismo Volta.

A su regreso a Londres Faraday realizó investigaciones en diferentes frentes, sobretodo en química y casi siempre a las órdenes de otros. Pero tras conocer el resultado del experimento de Oersted su interés por la electricidad y el magnetismo fue en aumento, y no desperdició las contadas ocasiones que tuvo para poder investigar en esos campos por su propia cuenta. En seguida sintió la intuición de que si la corriente eléctrica era capaz de crear un campo magnético, el efecto contrario debería de ser posible igualmente. Y no tardó en desarrollar el primer prototipo de motor eléctrico.

Por circunstancias que probablemente nunca se podrán esclarecer Davy fue desarrollando cierta animadversión hacia Faraday a medida que éste fue creciendo, y todo apunta a que fue el único que se opuso a su nombramiento como nuevo miembro de la Royal Society en el año 1823 (el voto era secreto, pero solamente hubo uno en contra). Así Davy pasó de ser su mentor a desarrollar cierta envidia según fue siendo destronado por su discípulo.

Los dos mayores logros de Michael Faraday fueron: el descubrimiento de la inducción electromagnética y los experimentos de electrólisis por los que estableció la carga eléctrica se encontraba de alguna forma en la materia misma. Estos sentaron las bases de nuestra actual sociedad tecnológica.

Intuitivo, entusiasta, práctico, respetuoso y muy trabajador, Faraday llegó a lo más alto del conocimiento científico de su época a base de empeño, ilusión y trabajo. Y a pesar de sus limitaciones para lidiar con las herramientas matemáticas y la formulación teórica, sus ansias de saber y su extraordinaria imaginación le permitieron "ver" en lo oculto la acción a distancia de fuerza que se contagiaban por el espacio sin necesidad de un punto de contacto.

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