El centro de empuje de un cuerpo se localiza en el centro de gravedad del volumen de líquido (o fluido en general) que se desplaza. Lo normal es que el líquido sea homogéneo y por lo tanto su centro de gravedad coincida con su centro geométrico. En otras palabras, si se desplazara un volumen esférico de líquido el centro de empuje estaría justo en el centro de la esfera.
Por contra, el centro de gravedad del objeto que ha desplazado al líquido puede no coincidir con su centro geométrico si por ejemplo su densidad no tiene una distribución homogénea. Eso se puede deber a que el objeto se constituya de diversos materiales distribuidos de una forma asimétrica.
Si el objeto es homogéneo parece claro que el centro de gravedad y el centro de empuje coincidirán.
Si el objeto no es homogéneo pueden pasar dos cosas. Si ambos centros caen sobre una misma línea vertical el objeto se encontrará en equilibrio. De lo contrario el sistema experimentará un par de fuerzas que producirán un torque o momento. Eso hará que el objeto gire. En tal caso, si el centro de gravedad queda por encima del centro de empuje, el objeto se dará la vuelta 180º. De lo contrario simplemente se balanceará un poco a un lado y al otro hasta alinear ambos centros verticalmente.
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