Hay un montaje experimental en Hidrodinámica que parece contradecir la propia ley de la conservación de la energía. Se conoce como la fuente de Herón de Alejandría y fue concebida y construida por el sabio Herón en el siglo I a.C.
La gracia de esta fuente está en que parece que consiga bombear agua hacia arriba. De hecho, podemos ve un chorro de agua que asciende por un tubito y emerge con fuerza por encima de la superficie del líquido que está más alto, lo que desde luego parece entrar en conflicto con nuestra intuición.
Sin embargo, para poder entender lo que sucede en consonancia con la conservación de la energía tenemos que apreciar que:
La clave está en que tanto el recipiente inferior como el intermedio estén herméticamente cerrados.
La búsqueda de máquinas o sistemas que fueran capaces de contradecir la primera Ley de la Termodinámica (la conservación de la energía) se puso muy de moda durante los siglos XVIII y sobretodo XIX a raíz de la Revolución Industrial. Estos inventos se conocen como móviles perpetuos de primera especie.
Los móviles perpetuos de segunda especie son los que intentan contradecir la segunda Ley de la Termodinámica (la imposibilidad de que disminuya la entropía de un sistema cerrado):
- Es siempre más el agua que desciende que la que asciende y sale en forma de chorro.
- Por lo tanto, si se va más agua de la fuente superior que la que entra, el proceso de realimentación no es eterno, sino temporal.
- El circuito seguirá retroalimentándose hasta que el nivel del agua del recipiente intermedio quede por debajo de la apertura del tubo que asciende hasta la bandeja superior.
La clave está en que tanto el recipiente inferior como el intermedio estén herméticamente cerrados.
La búsqueda de máquinas o sistemas que fueran capaces de contradecir la primera Ley de la Termodinámica (la conservación de la energía) se puso muy de moda durante los siglos XVIII y sobretodo XIX a raíz de la Revolución Industrial. Estos inventos se conocen como móviles perpetuos de primera especie.
Los móviles perpetuos de segunda especie son los que intentan contradecir la segunda Ley de la Termodinámica (la imposibilidad de que disminuya la entropía de un sistema cerrado):
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