Los vídeos que acompañan a esta entrada se corresponden con una serie documental británica sobre los seis grandes experimentos científicos que cambiaron la historia de la Humanidad. Los tres vídeos que aquí se enlazan son fragmentos del capítulo dedicado a los logros de Michael Faraday.
En el primer vídeo se introduce el contexto histórico, los descubrimientos recientes en el ámbito científico de la época, como la electricidad animal demostrada por Galvani, o la pila eléctrica inventada por Alessandro Volta, la cual sirvió como auténtica plataforma de lanzamiento hacia subsiguientes hallazgos en el campo de la electricidad y el magnetismo.
En el segundo vídeo se nos presenta cómo Michael Faraday conoció a su mentor, Hamphey Davy, el carácter de ambos y la infinita curiosidad e intuición del primero. En este vídeo podemos conocer el entorno de trabajo de Faraday, su laboratorio y el material con el que solía trabajar, así como la Royal Society, esa gran sala de conferencias que a modo de teatro utilizaban los científicos de la época, con Davy en la cabeza como presidente, para mostrar sus más recientes descubrimientos para el deleite de los asistentes.
Las principales tareas de Faraday en sus inicios como asistente personal de Davy se centraron más en el terreno de la Química. Pero a raíz del experimento de Oested, por el que se demostró que una corriente eléctrica crea un campo magnético a su alrededor, Faraday sintió un irrefrenable interés por ese campo, aprovechando las pocas ocasiones que tenía para investigar por su cuenta para desarrollar montajes experimentales en ese ámbito. Así nació el primer prototipo de motor eléctrico de la historia, cuyo principio de funcionamiento es minuciosamente expuesto en el vídeo.
Tras el descubrimiento de Oersted, la comunidad científica en pleno a lo largo de toda Europa se puso a investigar para buscar un mecanismo mediante el cual se pudiera favorecer el efecto contrario: la generación de corriente eléctrica a partir del magnetismo. A lo largo de más de diez años nadie consiguió dar una respuesta satisfactoria y no fueron pocos los intentos con todo tipo de disposiciones entre imanes, electroimanes y cables conductores. Pero todas las disposiciones pecaron de lo mismo: eran fijas. Es decir, intentando invertir el experimento de Oersted, y al igual que en el mismo, ninguno de los elementos en esos experimentos se movía.
Pero incluso así, Fadaray consiguió desarrollar un experimento en el que a pesar de que todos los elementos estaban fijos, se pudo demostrar por primera vez que sí era posible generar electricidad a partir de un campo magnético, dando además la clave para ello.
La clave del histórico experimento de Faraday, cómo se puede apreciar en el último de los vídeos, fue la utilización de dos bobinas de hilo conductor enrolladas sobre un mismo núcleo magnético toroidal. Faraday probablemente experimentó con otras disposiciones entre dos bobinas. Pero comprendió que si colocaba una dentro de la otra, por ejemplo, siempre se podría argüir que parte del campo magnético creado por una la primera circularía por su exterior y que si colocáramos una aguja magnética para medir el efecto de la corriente generada en la segunda, también se podría mover a causa directamente del campo magnético externo de la primera.
En cambio, si se utilizaba un núcleo toroidal, sabido era que esa disposición tenía la interesante particularidad de que todas las líneas de campo magnético circularían encerrándose exclusivamente por el interior de la/s bobina/s.
Entonces la primera bobina, a la que llamó A, la conectó a una poderosa batería eléctrica, y de la segunda bobina, a la que llamó B, sacó una extensión de cable eléctrico muy cerca del cuál colocó una aguja imantada que pendía de un hilo.
Lo que observó Faraday es que la aguja imantada se movía (apenas un poquito, pero se movía) justo cuando conectaba o cuando desconectaba la batería. En el vídeo podemos ver cómo se reproduce el experimento utilizando un galvanómetro didáctico para mayor claridad. Este experimento dio la clave que se andaba buscando. Lo que era capaz de generar una corriente eléctrica, no era el campo magnético en sí, sino la variación en el tiempo de dicho campo magnético.
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