Por muchos considerado como el príncipe de las Matemáticas, Karl Friedrich Gauss nació en el estado e Brunswick (la actual Alemania) en el año 1777 en el seno de una humilde familia campesina. Su condición de niño prodigio despertó en sus profesores el sentido de que estaban ante un genio con lo que se le buscó el mecenazgo para que pudiera seguir ampliando sus estudios en el instituto y luego en la Universidad.
Es prácticamente innumerable el número de contribuciones de Gauss a las Matemáticas. En algunos campos resolvió a edad temprana problemas que llevaban más de 2.000 años aguardando a ser resueltos. Gauss tuvo importantes aportaciones en campos tan diversos como la teoría de números, la geometría diferencial, el análisis matemático, la estadística, el álgebra, la geodesia, el magnetismo y la óptica.
En el campo de la Física, a Gauss se le conoce sobre todo por sus aportaciones a la Electrostática y al Magnetismo, en los que facilitó una herramienta para sintetizar sus leyes a partir del flujo a través de una superficie cerrada. No en vano, una de las unidades de medida del campo magnético es el Gauss. También se le conoce por la aportación de la curva de distribución normal frecuentemente utilizada en Física Nuclear para el cálculo de tiempos de vida medios.
En el vídeo adjunto a esta entrada, de la colección El Universo Matemático, se nos presentan algunos de los principales hitos del genio matemático. Quizás, por su importancia práctica, el que más destaque de todos ellos sea el de incluir el eje imaginario en el plano complejo para representar todas las soluciones posibles de un polinomio de grado n. Es por eso que la mente abierta e iluminada de Gauss fue fundamental para poder pasar de lo real a lo imaginario.
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