En el año 1865 James Clerk Maxwell publicó un trabajo científico en el que resumía todas las leyes de la electricidad y el magnetismo en 4 ecuaciones, las cuales combinadas y operadas matemáticamente de forma adecuada lanzaban una increíble predicción: la existencia teórica de ondas electromagnéticas cuya velocidad de propagación en el vacío era precisamente la velocidad de la luz.
Las cuatro Leyes de Maxwell se pueden formular tanto en su forma diferencial como integral y en esencia se corresponden con:
- Ley de Gauss de la Electrostática.
- Ley de Faraday-Lenz de inducción electromagnética.
- Ley de Ampère generalizada.
Al referirnos a la Ley de Ampère generalizada nos referimos a la Ley de Ampère formulada de manera clásica para describir la relación entre las corrientes eléctricas y los campos magnéticos creados por ellas, a la que Maxwell de manera muy astuta descubrió que había que añadir un término adicional al que bautizó con el nombre de corriente de desplazamiento.
Cuando se presentan las Leyes de Maxwell en su forma integral se entiende que describen los campos eléctricos y magnéticos (realmente campos electromagnéticos, como se irá viendo poco a poco al comprobar que no pueden propagarse nunca de forma separada) en todo el espacio.
Cuando se presentan las Leyes de Maxwell en su forma diferencial se entiende que describen el comportamiento de los campos electromagnéticos en cada uno de los puntos del espacio, localmente.
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