El movimiento puede ser convertido, almacenado y transportado como energía eléctrica.
La energía eléctrica puede ser utilizada para generar movimiento.
El puente que une estas dos leyes reversibles (la una en la otra) es el magnetismo.
En realidad el movimiento no puede directamente generar electricidad si no es a través de la generación de un flujo magnético variable. Esa variación en el flujo magnético es la que genera las corrientes eléctricas.
Lo mismo ocurre con los motores.
Vemos que hay una reciprocidad entre movimiento y electricidad.
Vemos también que hay una dualidad entre electricidad y magnetismo.
Enlazamos el movimiento con el trabajo mecánico.
Enlazamos la electricidad con el transporte de la energía y la producción luz o calor.
Enlazamos el magnetismo como mediador para la transformación de la energía.
Motores o generadores, actores o espectadores, hacia adentro o hacia afuera...
No hay dos sin tres.
Aunque en el fondo no hay más que una sola cosa: movimiento.
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