Blaise Pascal enunció en el año 1647 una ley que se conoce hoy en día como el principio de Pascal y que lo que dice es que la presión que se ejerza sobre un líquido incompresible se transmite por igual a todos los puntos del líquido. Pascal llegó a esta conclusión tras realizar un experimento, descrito en el vídeo de arriba, en el que pudo observar como en efecto un aumento de presión ejercida por el movimiento de un émbolo dentro de un tubo se transmitía por igual a todos los puntos de una esfera. La esfera contenía un líquido y tenía una serie de agujeritos taponados repartidos en su superficie. Lo que vio Pascal es que todos los tapones salían disparados y el líquido brotaba con igual intensidad desde todos los agujeros.
La esencia del principio de Pascal está muy íntimamente ligada a la prensa hidráulica, cuya versión más simple y didáctica es la de un recipiente con dos tubos verticales de sección diferente y sendos émbolos comunicados en la que en virtud de la igualdad de la presiones rige la ley que se puede ver en la ilustración.
La prensa hidráulica tiene un sinfín de aplicaciones en nuestra sociedad actual que se basan en el poder multiplicador de una fuerza ejercida sobre una superficie pequeña en otra superficie mucho mayor con la que está en contacto a través de un fluido (puede ser aire, agua o lo que sea...).
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