A día de hoy sabemos que la base del funcionamiento de una pila es una reacción electroquímica. En ambos vídeos podemos ver una reproducción que ilustra el funcionamiento de una pila con electrodos de zinc y de cobre. Ambos electrodos están introducidos en un recipiente que contiene una disolución que se mantiene en equilibrio a través de un puente salino (NaCl o KCl).
En el ánodo, a la izquierda, tenemos sulfato de zinc disuelto en agua, En el cátodo, a la derecha, tenemos sulfato de cobre en disolución.
En el ánodo, la horquilla de zinc sufre un proceso de oxidación por el que libera dos electrones, quedando un ión positivo que atrae y reacciona con el ion de cloro negativo que procede de la disociación en el puente salino.
Los electrones liberados circulan por el cable conductor encendiendo la bombilla al ser atraídos por el cátodo, donde se acumula la carga positiva generada por la acumulación de iones de sodio o potasio
En el cátodo, los iones de cobre en la disolución sufren un proceso de reducción por el que se combinan con dos electrones provenientes del flujo eléctrico y se incorporan al metal de la horquilla.
Así vemos como las diversas reacciones químicas se acoplan y se realimentan dando lugar ello a un flujo prácticamente constante de electrones en una dirección (y de iones, dentro del puente salino, en la contraria). El tipo de reacciones acopladas que suceden en ambos recipientes reciben el nombre de redox (por reducción-oxidación).
Aunque los metales y las disoluciones puedan variar, el principio de funcionamiento de la pila eléctrica es esencialmente el mismo.
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